Cómo interpretar el conflicto Wagner

Pedro Pablo
6 min readJun 25, 2023

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En la prensa y en los análisis de especialistas en geopolítica veo expresadas demasiadas certezas para un escenario con tan poca información. Además, leo y escucho certezas muy contrapuestas unas a otras. A la hora de explicar el escenario a la sociedad, esto genera confusión y rechazo. ¿Qué pasó con el grupo Wagner en la jornada del día de ayer?

Para empezar habría que explicar rápidamente cómo funciona la estructura de poder de la Rusia post soviética. Y se la define generalmente como una sociedad oligárquica. Esto significa que el poder está conformado por líderes que heredaron una postura jerárquica de la URSS tal que les permitió conformarse en multimillonarios con acceso a mesas de decisión muy limitadas y por el volumen de sus operaciones, definen las decisiones estratégicas de Rusia.

Algunos de ellos construyeron su poder luego de la caída de la URSS, y algunos sencillamente heredan una posición dominante por su jerarquía otorgada durante la era soviética. El conductor natural de ese proceso, vale decir de la reinvención de la Rusia post soviética es Vladimir Putin, que fue en particular quien presentó una idea coherente de poder y de estrategia económica en 1999 cuando asumió el lugar de Primer Ministro, principalmente con su Plan de Gas Líquido, un programa económico e infraestructural basado en convertirse en el proveedor de gas de Europa a 20 años vista. Este plan que hoy parece algo que se cae de maduro, fue un programa visionario y muy bien fundado, incluso desde una perspectiva ambiental, que encuadraba perfectamente con las necesidades del mundo global a fines del Siglo XX.

Los empresarios que supieron acompañar este proceso, entraron en la mesa chica del poder ruso, y algunos de ellos se ganaron la confianza de Putin. Uno de ellos fue el empresario gastronómico Yevgeny Prigozhin, quien entre su cartera de emprendimientos ofrecía servicios de seguridad con personal altamente entrenado. Ese grupo de seguridad devino en un grupoparamilitar de fuerzas especiales, que podría encuadrarse en lo que Maquiavelo llama en el Príncipe: “mercenarios”. Y que define de la siguiente manera:

“Las mercenarias y auxiliares son inútiles y peligrosas; y el príncipe cuyo gobierno descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo, porque están desunidos, porque son ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos, pero cobardes cuando se encuentran frente a los enemigos; porque no tienen disciplina, como no tienen temor de Dios ni buena fe con los hombres; de modo que no se difiere la ruina sino mientras se difiere la ruptura; y ya durante la paz despojan a su príncipe tanto como los enemigos durante la guerra, pues no tienen otro amor ni otro motivo que los lleve a la batalla que la paga del príncipe, la cual, por otra parte, no es suficiente para que deseen morir por él. Quieren ser sus soldados mientras el príncipe no hace la guerra; pero en cuanto la guerra sobreviene, o huyen o piden la baja” Nicolás Maquiavelo.

Este grupo de fuerzas especiales privadas ofreció servicios al Estado Ruso en lugares estratégicos fuera de sus fronteras, como Sudán, Siria, Libia y Ucrania. Esta visto que tienen más experiencia en campos de batalla que el propio ejército ruso. Esto es: los hombres de Wagner, probablemente, han sentido más estruendos y han visto más sangre que los propios soldados del ejército ruso.

Su presencia en Ucrania fue estratégica porque sirvió para conquistar y resistir la ciudad de Bahkmut, un enclave vital de acceso a Donetsk y Lugansk.

Antecedentes. Un hecho objetivo de la realidad, que se venía mencionando en la prensa internacional y que además se desprende del sentido común, era la falta de coordinación entre las operaciones tácticas del Grupo Wagner y las del Ejército Ruso.

Alguien con interés en comprender la naturaleza del conflicto podría preguntarse ¿por qué Rusia, con un ejército tan grande, apela a mercenarios tan fuertemente constituidos? La primera respuesta, es justamente para buscar flexibilidad. Operacional, jurídica, estratégica. La naturaleza de un grupo como Wagner tiene que buscarse en los antecedentes, en sus operaciones anteriores. La incursión de Estados Unidos, por ejemplo, en los países que interviene militarmente es muy costosa, en vidas y en recursos. Cuando ingresa en un país, sus operaciones representan un estrés estatal muy grande, amén que los intereses geopolíticos de Estados Unidos son muy distintos de los de Rusia, puesto que Estados Unidos generalmente persigue el objetivo de desestabilizar, conquistar, extraer recursos, estabilizar nuevamente y retirarse. Rusia probablemente lo que busca en estos escenarios es la operación contraria. Cuando Estados Unidos busca desestabilizar, Rusia apoya al gobierno establecido; cuando EEUU busca establecer un gobierno en una zona desestabilizada, Rusia busca desafiarlo. Unidades especiales de este tipo son más dinámicas y económicas, y no exponen tanto a Rusia en la agenda internacional.

Cuando ingresaron en Ucrania, probablemente pareció buena idea utilizar a los mercenarios dirigidos por un oligarca de confianza. Una vez en el terreno, y frente a estas desinteligencias estratégicas, es natural que surjan conflictos y desavenencias.

Frente a esta situación el líder del grupo Wagner planteó durante días diferencias de fondo con el Ministro de Defensa y el General del Ejército ruso. Demandaba recursos y entendimientos en el campo de batalla. Frente a la falta de respuesta, la escalada siguió creciendo y llegó a plantear en un desafiante video público que la guerra de Ucrania se había generado a raíz de mentiras perpetradas por la cúpula militar. Aquí la flexibilidad de tratar con mercenarios es donde empieza a mostrar sus debilidades y amenazas.

La pregunta que me hago y no puedo responder, y dudo que alguien que no salga del seno de las decisiones de Rusia pueda responderla a ciencia cierta es: si esto surgió de un error de cálculo de la dirigencia rusa y fue algo inesperado, producto del propio cansancio de los mercenarios del grupo Wagner, o si en realidad la conducción de guerra del Ejército Ruso decidió dar por finalizada la fase de interacción con grupos para militares y empezó a desactivar esta fase ajustando recursos a pesar de que esto pudiera provocar un breve levantamiento.

El día previo al levantamiento en Rostov del Don, Prigozhin denunció un ataque ruso con misiles en la retaguardia del grupo Wagner. Esto puede ser falso para justificar el levantamiento, esto pudo haber sido efectivamente un error de cálculo, producto de la falta de unidad de mando que genera la utilización de este tipo de grupos paralelos, o puede haber sido una provocación premeditada para generar descontento y desarticular de manera violenta, intempestiva y sorpresiva (muy a lo ruso, por cierto), su participación en la guerra.

El levantamiento, que podría haber terminado en tragedia, sin embargo, trascendió sin grandes bajas, se desarticuló rápidamente, incorporando milicianos a las fuerzas formales del Ejército Ruso -algo que efectivamente podrá traer consecuencias letales en el futuro- y la repatriación de Prigozhin a Bielorrusia. Algo que efectivamente generará también consecuencias, porque sino hay represalias feroces contra el insurgente, sentará un precedente para otros oligarcas, fortalecerá a Bielorrusia como prosible destino de refugiados multimillonarios, tentando a la conducción de este país ortodoxo-occidental a distanciarse del Kremlin, con las mieles económicas que surgirán desde EEUU y la OTAN dado el caso.

Cuando uno no entiende las causas, como siempre digo, debe leer las consecuencias: Putin debilitado, el grupo Wagner desarticulado, cero bajas en el ejército ruso, cero ataques occidentales por parte de Ucrania, quien podría haber aprovechado la distracción para contraatacar.

Posibles movimientos a futuro, me permito especular: ¿esto puede desembocar en una desestabilización de la figura de Putin y su eventual expulsión del gobierno? ¿Esto puede desembocar en un fuerte escarmiento a la cúpula militar y una reivindicación del poder de Putin? ¿Esto puede desencadenar nuevos levantamientos, ahora ya económicos, en la oligarquía rusa? ¿Por qué Ucrania no arpovechó esa oportunidad estratégica, casi como si estuviera dándole una amnistía a su invasor?

Este hecho fue disruptivo más desde lo simbólico, por lo sorpresivo y lo políticamente violento, que por las consecuencias militares. ¿Cómo seguirá la estructura de poder rusa a partir de ahora?

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